Calle Siervo de Dios

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La calle denominada Siervo de Dios es una vía transversal que corre en dirección N-S y conecta la calle Los Reyes con la Avenida 25 de Abril. Por su disposición y la topografía del terreno, presenta pendiente, y a ella desembocan la calle Los Reyes, Durazno, San Agustín, Key Muñoz y San Felipe, delimitando uno de sus tramos el Conjunto Histórico de Icod declarado Bien de Interés Cultural.
Algunos ejemplos de arquitectura urbana tradicional se han conservado en esta calle, que lleva el nombre de uno de los personajes más conocidos de Icod, fray Juan de Jesús Hernández y Delgado, conocido como Siervo de Dios

El casco urbano de Icod de los Vinos es el resultado de aproximadamente cinco siglos de evolución, y crece a partir de un caserío inicial situado en los alrededores de los terrenos del Adelantado y la actual iglesia parroquial. El conjunto urbano se iría ampliando por sectores, adaptándose tanto a la existencia de las vías de comunicación preexistentes como a la topografía del terreno, y dando lugar a calles principales que siguen la dirección este-oeste adaptadas a las curvas de nivel (San Sebastián, San Agustín, Key Muñoz, Durazno y Los Reyes) y otras transversales dirección norte-sur, con acusada pendiente; una de ellas es la calle Siervo de Dios.

El crecimiento hacia el este del casco urbano tiene lugar durante la segunda mitad del siglo XVI, motivado por la creciente demanda de viviendas debido al aumento progresivo del número de vecinos. Las casas en un primer momento serían sencillas construcciones adosadas de una planta, tejado de paja y sencillos huecos abiertos en fachada, para evolucionar en siglos posteriores hacia otro tipo de construcciones de dos plantas, con balcones de madera tallada denotando cierta distinción social, con grandes patios interiores rodeados de galerías, tejados a dos y cuatro aguas y chimeneas.

Durante el XVIII las corrientes ilustradas influyen en la tipología de vivienda introduciendo elementos cultos en las maderas talladas o en fachadas con vanos más grandes y distribuidos uniformemente. Las casas solariegas de las familias más notables se construyen con gran amplitud, añadiendo en ocasiones entreplanta, con patios más grandes, zaguán, escaleras, portadas de acceso… mientras que las casas más humildes se enriquecen también añadiendo en fachadas carpintería más trabajada, balcones abalaustrados o solanas. Las construcciones urbanas de gran volumetría son numerosas en estos años, y de ellas tenemos ejemplos en la calle Siervo de Dios; el número 56 ha conservado elementos constructivos de interés: levantada en el transcurso del siglo XVIII, es un gran inmueble que ocupa un solar irregular, de dos plantas, en el que llama la atención el trabajo de la carpintería en puerta y ventanas, con cuarterones con decoración geométrica en el antepecho. Se trata de un conjunto de diversas dependencias que le confieren alto rango al inmueble. Todo el edificio se remata con cubierta a cuatro aguas de teja árabe y gran alero.
Otros ejemplos de arquitectura tradicional los vemos en el número 52, 37 y 39.

¿SABÍAS QUE…?

Juan de Jesús Hernández y Delgado, conocido como Siervo de Dios, nació en Icod en diciembre de 1615 y fue bautizado en la parroquial de San Marcos. Descendiente del mencey guanche de la comarca de Daute, y de padres humildes que lo enviaron a Garachico a aprender el oficio de tonelero con un maestro. Tiempo después marcha a Puerto de la Cruz, donde permaneció como oficial aprendiz, perfeccionando el oficio. En el Puerto de la Cruz empezó a dar muestras de misticismo y mostró su deseo de ingresar en alguna orden religiosa, logrando en julio de 1646 entrar en el convento franciscano de San Juan Bautista, pasando más tarde al Convento de San Diego del Monte, extramuros de la ciudad de San Cristóbal de La Laguna. Fray Juan de Jesús ayudó espiritualmente con sus consejos a la popular religiosa María de León Bello y Delgado (Sor María de Jesús, más popularmente conocida como La Sierva de Dios). Tras una vida devota, muere el 6 de febrero de 1687 con fama de santo en el convento de San Diego del Monte en La Laguna.

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