IGLESIA FRANCISCANA DEL CONVENTO DEL ESPÍRITU SANTO

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El segundo de los conventos fundados en la ciudad es uno de los mejores bienes del patrimonio icodense gracias a la conservación de gran parte de su esencia arquitectónica. Iniciado en 1641 a partir de las donaciones de la familia Alzola, el convento se mantiene activo hasta la extinción de la vida conventual en 1823. Fue declarado Bien de Interés Cultural en 1986 e integra en su conjunto varias capillas y la iglesia de San Francisco.

La iglesia se encuentra anexa al muro oeste del conjunto conventual, compartiendo ambas fachadas un mismo plano. La espadaña de la iglesia sirve de separación entre ambas construcciones. Un gran arco de medio punto de cantería apoyado sobre columnas del mismo material da acceso a una amplia nave rectangular que se cubre con techumbre de madera y dispone de pavimento de losas de cantería. Cuando entramos al interior nuestra atención se dirige hacia la capilla mayor y su retablo rococó ocupando el testero. La iglesia cuenta con otra puerta en el muro oeste que asoma a la pequeña plaza de Domínguez Alfonso; unos metros más adelante encontramos la única capilla lateral con que cuenta el templo, dedicada a San Diego de Alcalá, patrón de la Provincia Franciscana de Canarias. A los pies del templo se levanta un coro de madera, con balaustrada, que en origen fue de mayor tamaño y disponía de órgano.

CAPILLA DE SAN DIEGO DE ALCALÁ

La única capilla con la que cuenta el templo además de la capilla mayor, está situada en el muro occidental, y se accede a ella mediante gran arco de medio punto de cantería sobre pilastras con columnas adosadas de fuste estriado. Se hicieron cargo de su construcción los patronos don Manuel Pérez Domínguez Rijo, su hermano don Lázaro y la esposa de éste, doña Agustina García de León, tras la renuncia del impulsor de la obra, don Francisco de Molina Azoca y Quezada, regidor de Tenerife y vecino de Icod, por no poder hacer frente a las obligaciones adquiridas.

Es una capilla de construcción sencilla como todo el templo, de forma rectangular y cubierta con una techumbre de madera de tipo mudéjar, con decoración de lazos en el almizate (octógono plano que se encuentra en el centro del artesonado) y adornos vegetales barrocos cubriendo las limas (vigas de unión de los faldones).

¿SABÍAS QUE…?

Lo que conocemos como artesonado o techumbre mudéjar, cubierta habitual en muchos templos e incluso en algunas casonas del archipiélago, es una de las aportaciones artísticas más relevantes de la arquitectura mudéjar procedente de la península. Por su forma se asemeja a una artesa boca abajo, de ahí que denominemos popularmente estas cubiertas como artesonado. Son cubiertas realizadas en madera, mediante la utilización de vigas llamadas pares que en ocasiones dispone de otros maderos horizontales de lado a lado llamados nudillos (armadura de par y nudillo). En el entramado de una armadura de par y nudillo, los maderos de los ángulos donde se juntan los diferentes faldones o paños se llaman limas, que a veces son dobles y presentan decoración (limas moamares). En la capilla de San Diego, las limas presentan decoración vegetal de tipo barroco.

A la derecha existe una puerta bajo un ancho dintel de cantería sobre pilastras del mismo material, que da acceso a la sala de entierro; sobre esta puerta, vuela una tribuna de madera con paños de celosías, decoraciones vegetales barrocas, postigos de trapecio (que abren hacia fuera y de abajo arriba) y un gran remate de molduras talladas con motivos de ramas y hojas vegetales. Desde esta tribuna se podía seguir el culto en la sala oratorio, situada sobre la sala de entierro, que además cuenta con una ventana que da hacia la plaza, y otra cubierta por celosía de madera que asoma hacia la nave.
El retablo del titular de la capilla se encuentra hoy en la iglesia de San Marcos, en la capilla del Socorro desde finales del siglo XIX, mientras que la imagen de San Diego de Alcalá, una de las mejores imágenes barrocas conservadas en Tenerife, se puede contemplar en un nicho del retablo mayor de la misma iglesia. En la capilla contemplamos hoy el retablo de la Concepción, colocado en esa ubicación en los años 40 del siglo XX; es un pequeño retablo rococó policromado, con una única hornacina que acoge la figura de San Nicolás de Bari traída desde la iglesia de San Agustín en las últimas décadas del siglo XIX.

EL RETABLO MAYOR

El retablo mayor es una obra del siglo XVIII, de madera policromada y dorada de autor anónimo y estilo rococó de tipo chinesco, que aúna las características estéticas del rococó con influencia de la profusión decorativa del arte oriental en la utilización de flores, hojas, animales, jarrones, frutas, cortinajes y escenografía teatral que crea efectos ilusorios. Consta de tres calles separadas por pilastras, con varias hornacinas que guardan algunas imágenes. La central, ocupada por la Virgen del Buen Suceso, adquirida por la cofradía en 1756 para sustituir otra de mayor antigüedad. A su izquierda, San Francisco de Asís, en madera dorada y policromada que representa al santo en actitud implorante, y en la hornacina de la derecha, San Felipe Neri, obra de 1897. Coronando el retablo en el ático, el Señor de las Aguas, de tamaño natural, obra del siglo XVII procedente del taller de Francisco Alonso de la Raya, activo en Garachico en esa época, y discípulo de Martín de Andújar Cantos.

OTROS RETABLOS

En el muro izquierdo de la nave encontramos un gran lienzo dedicado a las Benditas Animas del Purgatorio, con marco barroco, tallado y dorado, que aloja una pequeña hornacina gallonada con la Virgen de los Ángeles. Este retablo se encontraba en la sala de enterramiento, pasando más tarde a la capilla de San Diego cuando el retablo del titular se trasladó a la iglesia de San Marcos, y posteriormente, a la nave de la iglesia, donde lo contemplamos hoy.
También en este muro se encuentra el Retablo de Santa Rosa de Viterbo, de un solo cuerpo, estilo rococó, decorado con pinturas con temas vegetales. Tiene un nicho central y dos marcos para cuadros al óleo, y en el remate, en la parte superior, aparece un medallón que contiene una pintura con la imagen de San Pedro. La imagen de la titular, Santa Rosa, fue trasladada a la iglesia de San Marcos tras la desamortización del convento. En la actualidad el retablo alberga una talla barroca de la Inmaculada, procedente de la iglesia parroquial de San Marcos.
Un tercer retablo, el de San Antonio de Padua, de madera tallada con decoración vegetal, pinturas en las calles laterales y hornacina central, acogía en origen una imagen de San Antonio de Padua trasladada posteriormente a la capilla de la Encarnación de la iglesia de San Marcos.

¿Dónde está?

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