El convento agustino de San Sebastián, el más antiguo de los que tuvo Icod de los Vinos, tiene su origen en la donación que hace en 1585 el Obispo de Canarias don Fernando Rueda, de la pequeña ermita de San Sebastián a la Orden de San Agustín para fundar en ella un convento que llevaría su nombre. Hoy desaparecido, solo se conserva la Iglesia de San Agustín, ya que el conjunto fue modificado para levantar el actual Ayuntamiento y la plaza Luis León Huerta. El conjunto se encuentra dentro de los límites del Conjunto Histórico de Icod de los Vinos, declarado Bien de Interés Cultural.

Fueron muchas de las familias más relevantes de Icod las que contribuyeron al crecimiento y esplendor del convento agustino con sus donativos y fundaciones. Así, Juan Fernández y su mujer María Luis construyeron la capilla junto a la cabecera, al principio llamada de San Juan Bautista, después al Gran Poder de Dios, más tarde de la Soledad, y fue reedificada por don Sebastián Hernández Fajardo; el licenciado Fernando de Montiel continuó las obras en 1679 con la construcción de la sala contigua a dicha capilla llamada el Camarín y la bóveda para enterramientos que hay debajo. Hoy la capilla se conoce como capilla de los Montiel.

El convento fue clausurado en 1821, con la Desamortización, y la iglesia se cerró al culto. El 17 de junio de 1822 el ayuntamiento solicita a la Dirección General de Propiedades la cesión del convento para instalar en el edificio una casa de Beneficencia y en 1850 se solicita destinarlo a escuelas de primera enseñanza; en 1869 se concede la petición. En 1861 la iglesia agustina fue declarada como parroquia auxiliar a San Marcos, y se designan como patronos San Agustín, y como copatronos a la Virgen de Gracia y a San Sebastián.

La construcción de este arco quedó estipulada en las capitulaciones concertadas para la construcción de la capilla mayor en la escritura fundacional de la misma, de 15 de mayo del año 1599 ante el escribano Lucas Martín de Alzola. No se sabe con exactitud cuando se concluyó, pero estaba ya terminado en el año 1608 cuando la comunidad lo toma como referencia al señalar lugar para la construcción de la capilla de la Soledad, la cual debía hacerse desde el arco de la capilla mayor de la parte del Evangelio hasta el arco de la capilla de Juan Fernández, consagrada a la advocación de San Juan Bautista, a la que pertenece el otro arco de ladrillo conservado, aunque este es más pequeño.
La Iglesia de San Agustín muestra una fachada muy transformada por la remodelación de mediados del siglo pasado. En la puerta principal de cojinetes, tachonada se puede leer la siguiente inscripción: “DIOLA DN CHRISTOBAL HERNANDES DEL ALAMO, AÑO DE 1777”.

Es de gran interés el extraordinario artesonado mudéjar policromado que cubre la Capilla de los Montiel o de la Soledad.
El 7 de noviembre de 1826, por la noche, se desencadenó sobre Icod un fuerte temporal que provocó graves daños en el templo, desapareciendo la pared de la capilla mayor y parte del retablo. También desaparece la primitiva talla de la Virgen de Candelaria, Patrona de las Islas Canarias.

Resultan de gran interés los bienes artísticos que se guardan en la iglesia: dos esculturas sevillanas del siglo XVII, un San José de Juan de Miranda, retablos dieciochescos, cuatro interesantes tablas representativas de los Evangelios en la tribuna, y una escultura de la Virgen de Gracia del s. XVII.

Fotos int.: © Obispado de Tenerife