La plaza de la Pila aglutina la mayor concentración de arquitectura tradicional de Icod, configurando uno de los espacios más inspiradores de nuestra visita por la localidad. Son diversos los elementos constructivos que vemos en las casas que rodean la plaza, a pesar de las transformaciones que muchas de ellas han sufrido con el natural paso de los siglos, manteniendo sin embargo su esencia. En el lado norte, y haciendo esquina con la calle Arcipreste de Ossuna, nos encontramos con la Casa Pérez Rijo, que fue vivienda del Inquisidor Manuel Pérez Rijo, quien ejerció su trabajo en la sede icodense de esta temible institución. Un fantástico balcón cerrado por celosía protagoniza su fachada, siendo uno de los mas antiguos conservados en esta localidad.

El balcón es quizá el elemento más llamativo de la arquitectura tradicional canaria. Al igual que ocurre con otras piezas como las ventanas, existe una gran variedad tipológica, que tienen la madera, generalmente de tea, como elemento común. Esta estructura está presente en la arquitectura canaria desde el comienzo de la conquista del territorio, y su origen podría estar en los balcones del norte peninsular, muy extendidos en el siglo XVI. De entre todos los tipos de balcón, el que aquí se nos presenta es un balcón cerrado cubierto de celosías. Este elemento calado sienta sus raíces en el mundo árabe, permitiendo tanto preservar la intimidad, tan importante en la cultura musulmana, como garantizar la ventilación de las casas. El tipo de balcón cerrado de este modo se conoce como ajimez, y sería una evolución de los “moucharabieh” árabes, pequeños salientes con celosías que daban a la calle o al patio donde se colocaba el agua para que se refrescara con las corrientes de aire (lo que nos recuerda también las destiladeras canarias). Este espacio se hace mayor con el paso del tiempo hasta convertirse en un espacio para estar, dando lugar a los balcones cubiertos.