La Plaza Luis León Huerta alberga tres inmuebles de interés, ocupando el antiguo solar del convento agustino: el Ayuntamiento, que protagoniza el espacio, levantado a mediados del siglo XX en estilo neocanario; la Iglesia de San Agustín, vestigio de la construcción conventual, con una fachada muy transformada por la remodelación de mediados del siglo pasado, y haciendo ángulo con esta, una vivienda ecléctica con interesante decoración modernista en su fachada. La plaza queda incluida dentro del Conjunto Histórico declarado como Bien de Interés Cultural y es uno de los principales espacios urbanos de Icod.

La plaza antes de su remodelación en los años 50 era conocida popularmente como Plaza de San Agustín, y tenía un exuberante jardín en cuyo centro estuvo durante un tiempo la famosa fuente de Neptuno que pertenece al claustro del convento franciscano.

La plaza toma el nombre de don Luis de León-Huerta y González-Grillo (1797- 1862). Hijo menor de los Marqueses de Santa Lucía, fue Alcalde Real de Icod en 1829 y 1835, Diputado provincial en 1841, Alcalde de Garachico en 1848, Presidente de la Diputación provincial de las Islas Canarias y Gobernador Civil interino de las mismas en 1854. Académico de Honor de la de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife y octavo Marqués de Villafuerte. Falleció en su residencia campestre a los nueve meses de haber enviudado, habiendo tenido cinco hijos.

Sobre el barandado de la escalera que asciende a la plaza, nos llama la atención la existencia de cuatro esculturas, que constituyen el conjunto escultórico de las Cuatro Estaciones. Se trata de un conjunto de bellas esculturas alegóricas, realizadas en mármol blanco, que representan el Otoño, el Invierno, la Primavera y el Verano (una alegoría es la representación de una idea abstracta valiéndose de formas humanas, animales, vegetales o de objetos). En los siglos XVIII y XIX fueron muy populares este tipo de representación en espacios públicos, generalmente de estilo neoclásico, reflejando los principios intelectuales de la Ilustración y la admiración por la estética clásica grecorromana. En Icod estamos ante cuatro esculturas de bulto redondo en mármol blanco de Carrara probablemente procedentes de taller italiano, y datadas en torno al año 1883. Tienen una altura aproximada de un metro cada una y son de estilo neoclásico y de autoría desconocida.
De rostro bastante inexpresivo, pero con un sutil movimiento en el cuerpo. Apenas hay noticias sobre este conjunto; se desconoce si fueron adquiridas por el consistorio o fueron una donación particular, aunque sí se sabe por documentación fotográfica que antes de la reforma de la plaza estaban colocadas sobre la barandilla del frente de la plaza que asomaba a la calle San Sebastián. Tras las obras de la plaza de los años 50 se colocaron en su actual ubicación.